En el exterior de la casa hay dos grandes terrazas, y numerosas zonas verdes para disfrutar de la naturaleza, poder relajarse en buena compañía o con un libro. Los niños disponen de espacio para correr y jugar. También tenemos columpios para ellos.
Los 8.000 metros de finca se han transformado en un cuidado jardín rústico, en el que la piscina armoniza con el hórreo y el palomar, emblemas en otros tiempos de la pujanza de la vieja casa labrantía.
Un manantial alimenta tres estanques, y en la pradera afirman su presencia centenarios ejemplares de camelios, magnolios, castaños, robles…
…En primavera, las camelias se tiñen de rojo y blanco al tiempo que retoñan las ramas de castaños, robles… en otoño dominan los amarillos y ocres mientras naranjos, cerezos y otros árboles ofrecen generosos sus frutos
…en verano distintas tonalidades verdes relajan el espíritu…en invierno, tenues rayos de sol atraviesan los desnudos armazones de los árboles caducifolios hasta reflejarse en la hierba y los estanques…
Antón Rozas Caaeiro.